Eva Domínguez:
"Esta experiencia me ha permitido observar a otros profesores en
movimiento y comprobar que todos tenemos situaciones parecidas en el aula.
También me ha hecho comprobar que el enseñar a clases de Inglés de
grupos ordinarios es muy diferente a la dinámica de los bilingües porque supone
el esfuerzo de intentar que hablen en Inglés y no se dispersen y mantengan su
atención desde que entran hasta que salen."
Elena Padilla:
"La observación hace que sea más consciente de la magnitud de
nuestro trabajo, de la importancia del profesor como facilitador y dinamizador,
que asuma el liderazgo en las clases y así anime activamente y empáticamente a
los alumn@s.
Además de esto me facilita la introducción de nuevas actividades-metodologías
en mi aula, así como la observación del
alumnado en otros contextos comprobando sus reacciones y comportamiento ante
las diferentes personalidades de otros profesor@s."
Begoña Ortega:
"... creo que los beneficios de la observación entre docentes son
incuestionables. Es algo que siempre había tenido en mente, porque considero
que es necesario salir de nuestra zona de confort y observarnos para ver cómo
podríamos mejorar nuestro día a día en el aula.
Es asombroso comprobar como la
introducción de prácticas innovadoras de otros docentes en nuestras clases
pueden cambiar la actitud de los alumnos hacía asignaturas a priori tan áridas
para ellos como lo es la Historia.
Considero, por tanto, que esta
práctica debería extenderse entre docentes de secciones bilingües y no
bilingües."
Beatriz Vega:
"Este es el tercer curso que participo en diferentes actividades
de Observación del CFPI (centro experto, School4school y Team2teach) y constato
que la observación de buenas prácticas es una actividad básica con efectos muy
positivos tanto en el profesorado que participa, como en el resto del claustro
y, por supuesto, en los alumnos. Una vez superado el miedo y las reservas
iniciales a que alguien entre en tus clases a ver tu trabajo (no a
“fiscalizarlo”), la observación propicia que se cree un clima de buen
entendimiento, de confianza entre compañeros, que lleva a compartir
experiencias, mejorar la coordinación, hacer actividades conjuntas… y eso
implica una mejor práctica docente."
Beatriz Aparicio:
"Una vez concluida esta fase, siento que he salido reforzada en mi práctica docente diaria. Estoy tranquila con lo que hago y más segura de que voy por el buen camino. Soy consciente de que mi punto débil es el uso de TICS. Debo perder el miedo a usar las TICS (del ordenador y el proyector no salgo) si bien, las ocasiones en que lo he intentado, los medios han fallado, por lo que todo ha resultado una pérdida de tiempo, y el propio alumnado ha preferido volver a lo tradicional, (si bien mis clases no son nada convencionales).
Al comienzo era algo reticente a tener en mi aula “personas ajenas”, pero después de 5 minutos ya no me acordaba de que tenía “invitados”. También me ocurría al revés, tenía una sensación de invadir a los compañeros observados. Ahora, ya he hablado con algunas compañeras de la sección bilingüe, para seguir con la observación de algunas actividades puntuales que están realizando y son nuevas para mí.
Después de esta experiencia, creo que hay diferentes estilos de docente, que todos podemos aprender de todos, pero que siempre habrá un componente
intrínseco a la personalidad de cada uno. Lo que a mí puede que me funcione, porque va con mi personalidad, con mi formación como docente, no tiene por qué funcionarle a otro.
En general, para mí ha sido muy positivo participar en este proyecto, espero poder seguir con estas prácticas y desearía que se convirtieran en algo común, no sólo entre los profesores de las secciones bilingües, sino, entre todos los que forman el claustro de cada centro."
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